jueves, 2 de septiembre de 2010

Capitulo 4

La sombra

La noche era fría, más que de costumbre. Se notaba el invierno al doblar la esquina, ya que un aire frio te congelaba todo el cuerpo. Era de noche, las luces ya se habían apagado hacía bastante, la calefacción se escuchaba funcionar y el agua pasar por las tuberías.
Normalmente dormía como un lirón, nada ni nadie podían despertarme, pero hoy, me desperté sobresaltada.

Sentía una extraña presencia que me oprimía el pecho, no lo sabría describir bien, era como si me ahogara pero podía respirar perfectamente.

Me dirigí a la cocina a por un vaso de leche, había leído en un reportaje que era lo mejor para conciliar el sueño. Los pasillos estaban oscuros, por lo que cogí una vela, la encendí y empecé a dirigirme a la cocina.

No sé porque, volvía a sentir la opresión el pecho a cada paso que daba. Cuando entre en la cocina, escuché el ruido de un par de cacerolas cayendo al suelo y después un grito. Corrí hacia la procedencia del grito, la cocina estaba dividida en sectores, al sur las neveras y al norte la freidora y demás electrodomésticos, a la parte que debía ir era la norte.

Cuando llegué, vi a una sombra y digo una sombra porque entre la oscuridad y que llevaba un chaquetón hasta los pies, no se le veía nada. A parte del chaquetón logre vislumbrar unos ojos rojos. La sombra estaba atacando a Marga, la nueva cocinera, la anterior se había jubilado por la edad. Marga parecía dormida aunque tuviera los ojos abiertos. La sombra me vio y se esfumo junto con ella.

En la cocina solo quedemos el charco de sangre de Marga que se extendía por el suelo y yo. Eche a correr, con tal mala suerte que la zapatilla resbaló y me caí de pleno en el charco de sangre. Cuando me levante volví a correr con la dirección de la habitación de Arco. No se porque pero entonces me sentía que ese era el único lugar seguro.

Pique solo una vez y me abrió la puerta, por lo que deduje que él tampoco podía dormir.

- ¿Maya? ¿Te encuentras bien, deberías ir a la enfermería, estas sangrando?

- Lo… lo… lo… he visto

Estaba temblando de miedo, por lo que hablaba entrecortadamente. Arco me agarro y me preguntó:

- ¿Maya, que has visto? ¿O a quien?

- A… a…al asesino que todos buscan o eso creo.

Me obligó a sentarme en la cama mientras fue a por una toalla para limpiarme.

- Explícate.

- Veras…

Se lo explique todo desde que me levanté a por un vaso de leche. De repente, después de que hubiera acabado de limpiarme dijo asombrado.

- ¿Qué raro?, no tienes ni un arañazo.

- Ya te lo dije la sangre no es mía es la de Marga.

- La cocinera

- Aja.

Mientras se lo estaba contando solté unas cuantas lágrimas.

-Tranquila,-decía mientras me abrazaba y acariciaba la espalda.- no pasara nada, no te hará nada.

-¿Qué no? Esa cosa me miró y por lo que hace no creo que le gusten los testigos. Vendrá a por mí, te lo aseguro.

-No de eso nada, yo no lo permitiré.

-Yo seré la siguiente.

Me estaba asustando yo misma, cada vez más y más, me estaba empezando a poner paranoica, cuándo Arco me sacudió y me pego una torta, que casi ni la sentí, para que espabilara.

-¡Maya! Espabila.

-Tengo miedo.

-Yo te protegeré.

- ¿Cómo? Esa cosa parecía invencible. Y da mucho miedo.

- ¿De veras? Yo creo que si es posible vencerlo.

- No digas tonterías, ¿cómo vas a saberlo?

- Créeme cuando te digo que puedo acabar con él.

Parecía tan seguro de sí mismo por lo que solo le pude decir:
- Vale, te creo.

- Bien. Esta noche dormirás aquí.

- ¿Cómo? ¿Aquí?

- Si, ¿algún problema?

-No, ninguno, ninguno.- Por como me sentía supongo que tenía las mejillas coloradas.

Esa noche no durmió nada de nada. Por la mañana parecía desvelado, como si hubiera dormido toda la noche. Los profesores anegaron que la sangre fuera de Marga, dijeron que era de un pollo que habrían preparado las cocineras o algo por el estilo. Lo que sí se sabe es que Marga no apareció más.

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