lunes, 23 de agosto de 2010

Capitulo 3

MENTIRAS

Al final no ocurrieron más asesinatos y la policía dejo de investigar, pero el miedo seguía en el cuerpo de los otros estudiantes y de los profesores, ya que al asesino no lo atraparon y seguía suelto, no sabían si se había ido o si seguía escondido en el bosque, esperando a otra oportunidad.

Arco seguía estando extraño y sus ojos se oscurecieron un poco, no sé muy bien porque pero me evitaba en los recreos, creo que era por vergüenza o por miedo. Así que empecé a preguntar a sus amigos y resulta que por las noches, según su compañero de habitación Mateo, se escapaba por la ventana pero nunca se atrevía a seguirle por si acaso era algo malo.

Esa noche, me escondí detrás de un árbol y espere, como había dicho Mateo ahí estaba Arco, se había escapado por la ventana y se dirigía hacia el bosque, yo lo seguí desde una distancia razonable para que no me descubriera.

En la mitad del bosque, según yo había calculado, se detuvo, miro a ambos lados por lo que me tuve que volver a esconder detrás del árbol y luego empezó a… ¡Olisquear! No me lo podía creer, estaba olisqueando como un perro, si lo hubiera sido, se diría que estaba buscando un rastro de algo.

Al rato, se esfumó en la nada, fue un visto y no visto. Yo seguí esperando a ver si volvía a aparecer, pero nada, al final me estaba quedando dormida. En una de estas cabezadas una sombra se deslizó delante de mí hasta estar a escasos centímetros de mí.

No me lo creía, era Arco, la sombra era él. Pero tenía algo raro, unos colmillos muy afilados y sus ojos eran negros, creo que se dio cuenta de que era yo porque se fue esfumándose.

Luego no sé lo que pasó, puede que me durmiera o que me desmayara por el susto, sea como fuere tuve un sueño la mar de raro en el que aparecía Arco, mordiendo a los profesores, no sé porque pero creía de verdad en el sueño que él era el asesino.

Estaba en medio del sueño cuando sentí una leve brisa, la misma que me despertó. Me encontraba en la enfermería, lo primero que vi fue a una enfermera tomándome el pulso.

- ¿Qué pasa? ¿Qué hago aquí?

- Tranquilízate, estas en la enfermería.

- ¿Pero cómo he llegado hasta aquí?

-Un chico te trajo en brazos, parecía muy preocupado, deberías decirle que ya estás bien.

- ¿Cómo que me trajo un chico? – en ese momento me vino a la cabeza lo último que había visto, a Arco muy cerca de mi, guau, demasiado cerca.

–Y ¿Dónde me encontró?

- Pues él dijo que en los pasillos que llevan a la biblioteca, que erais buenos amigos y que estaba muy preocupado, hasta que no te diagnostique no se fue, ese chico siente algo muy fuerte por ti.

-Gracias por decírmelo. Puedo irme a clase ya, estoy bien.

-Sí, claro, seguro que fue por el cansancio, eso mismo se lo dije al chico, pero se fue un poquito mosqueado.

-Adiós.

-Igualmente jovencita.

Lo primero que hice nada más salir de allí fue irme a mi cuarto a cambiarme de ropa, llevaba la ropa del día anterior, y no estaba muy a gusto. Después ya encontraría a Arco y le pediría que me lo explicara todo desde el principio.

Después de cambiarme de ropa, me recorrí todos los pasillos, todas las habitaciones y recovecos pero no lo encontré, por lo que decidí mirar fuera, cuando salí lo vi sentado en la fuente leyendo un libro, con ese aura que a mí me gustaba tanto, cuando se dio cuenta de que me acercaba se fue.

Por lo que volví a buscarlo, pero nada, no daba señales de vida, pregunte a todos los profesores, a su compañero Mateo, a Marta… pero nada, no apareció en ese día.

Pasaron los días y él seguía esquivándome, cuando acababa la clase salía corriendo y durante ella no hablaba. Gracias a Mateo conseguí quedarme a solas con él en el baño. Yo estaba enfadada, quería una explicación y hoy la iba a tener sea como fuere.

- ¿Qué narices te pasa, Arco?

- Me lo dice la que me ha encerrado en el baño con una escusa de Mateo. ¿No te parece extraño que me convenciera de que alguien se había quedado encerrado, para que viniera?, ahora vengo y te encuentro a ti, muy extraño ¿no crees?

-Sabes porque he tenido que hacerlo.

Cada vez se iba acercando a mí y me iba acorralando contra la puerta.

-¿Ah sí…? ¿Segura?

-Venga ya claro que lo sabes, es por lo de la otra noche.

-¡Ah! Con que querías darme las gracias eh. Podías haberlo dicho antes, yo aquí sacándome los pensamientos y no se me ocurría el porqué de la cuestión.

- No me vengas con esas, digo lo del bosque. ¡Te vi, no me mientas, casi me atacas!

- ¿Estas tonta oh qué?, yo te encontré en los pasillos y te lleve a la enfermería, eso lo habrás soñado.

-Ya claro, y tus “escapaditas” al bosque también ¿no? Que Mateo me lo ha contado todo.

- No te importa lo que yo haga o deje de hacer.

Estábamos escasos centímetros uno del otro, yo como siempre me quede con la boca abierta al ver sus ojos verde claro otra vez, era raro porque por la noche eran oscuros, sus labios también muy cerca, por lo que mi corazón empezó a latir muy rápido y me faltaba la respiración, creo que a él también le pasaba porque se apartó con rapidez y siguió la conversación mirando a la pared.

-Esto no debería de estar pasando.

-¿el qué?

-¡Esto!, te tendría que asustar estar tan cerca de mi después de lo de anoche, no tendrías que querer hablarme, ni… ni querer verme más.

Estaba triste y creo que a punto de llorar, pero se contuvo seguramente porque no estaba solo.

-¿te crees que con eso me iba a acobardar?

-¿de verdad que soy tan malo como para no darte miedo?

Soltó una de las risitas que tanto me gustan, por lo que note una mejoría en su estado de ánimo. Arco ya no estaba triste y estaba… ¿sonriendo? Es increíble.

-Estás hablando con la chica que…, que… -se me trababan las palabras en la garganta y me costaba realizar una palabra completa. También me lloraban los ojos, ya que me acordaba de ese día, el día en el que todo cambio para bien o para mal, según se mire.
Arco se acercó y con sus dedos me limpió dos lagrimas traicioneras que se habían escapado.-… que… vio… a… su… padre… matar… matar… a… su… madre… y… luego… suicidarse… el… mismo…dejándome sola en este mundo.

-No lo sabía.-dijo mientras me abrazaba muy fuerte.- Perdóname, no lo sabía, de veras que no tenía ni idea.

- Ya lo sé, es que no me gusta ese tema, normalmente no me acuerdo pero… pero me cuesta mucho olvidarlo.

Otras dos lágrimas se me escaparon y me volvió a abrazar, pero esta vez yo también le abracé.

Estuvimos un rato así, hasta que se me paso la llorera. Después me acarició la cara, el papo derecho, le salió una sonrisa de lado a lado de la cara a la que yo seguí con otra sonrisa.

Después, como siempre me acorde de que seguíamos muy cerca el uno del otro y me puse tan roja como un tomate, el se rió más todavía y seguido se fue, dejándome sola en el baño.

Yo deseaba saber su secreto pero creo, que por mucho que le suplicara con mi cara de pena, no me lo iba a contar, así que como el enfado, lo deje pasar.

El resto del verano nos lo pasemos muy bien, la mayoría de las veces nos dormíamos viendo las estrellas en el estanque, otras nos chiscábamos en la fuente, normalmente él lo esquivaba y yo siempre me quedaba empapada.

Un día de esos, si yo recuerdo bien, estaba mirando los peces del estanque y Arco me sorprendió por detrás y me caí de pleno, los peces se fueron y yo me quede empapada, esa tarde, nos reímos un montón juntos. Mientras una extraña figura nos observaba desde unos arbustos, oculto completamente.

Llego septiembre y con él las clases, un día sentía curiosidad en saber quién era el más grande de los dos, así que le pregunte su fecha de nacimiento. Resulta que él es más mayor, pero por un día.
¡Increíble! Las fechas eran, 21 y 22 de junio. No habíamos nacido el mismo día por casualidad.

Este año no lo pudimos celebrar, ya que no nos conocíamos bien y no lo sabíamos. Así que planeamos celebrarlo el año que viene el mismo día.

1 comentario:

Malinka dijo...

me puse al dia :D me encantaa!

subi cap en m blog! un besazo!

http://historiashawn.blogspot.com