jueves, 23 de diciembre de 2010


Aquí os dejo con los personajes de la historia, y siento mucho decir que el libro
 ha finalizado, y el siguiente todabía no esta acabado.
Espero acabarlo en estas vacaciones pero
si no es así prometo subir... imagenes graciosas o algo por el estilo

Marta

Mateo



Maya

Arco

Mirana

Marcus

capitulo 11

La venganza

El ambiente que nos rodeaba paso de ser tenso a ser relajado. Esto ya se parecía a una conversación entre una familia.

- Pero quiero que me digas porque me dijiste lo de los dotes.

- Veras, tengo un rencor desde hace mucho tiempo que va creciendo cada vez más, y cuando te vi y me ganaste la primera vez que nos vimos, creí haber encontrado un ayudante y una oportunidad de venganza.

- Pero no entiendo, tu eres un vampiro, ¿no puedes hacerlo tú solo?- me atreví a preguntar.

- No porque a un vampiro no es fácil vencerle, por lo menos se necesitan a otros dos.- dijo Arco.

- Y pensó en ti como su ayudante ¿no?

- Si.- aseguró Arco

- ¿Pero tanto rencor tienes hacia esa persona o vampiro?-pregunte interesada en el tema de la conversación.

- Verás, vosotros conocéis la leyenda por lo que dijisteis el otro día ¿no?

- Si.- contestemos al uníoslo.

- Pues no se cuenta toda la verdad en ella.

- ¿Por qué? –preguntemos incrédulos

- Porque esa historia la relataron para que vinieran turistas y como que la versión original asustaría un poco.

- ¿Y cómo es la verdadera?

-Veréis…

La leyenda cuenta que ataqué a Lucinda para salvar a mis hijos, pero lo que no se cuenta es algo que ni yo sabía en ese momento.
Lucida era en realidad un vampiro, no me había hecho nada antes por sus sentimientos hacia mí, pero cuando ocurrió lo de la boda, digamos que sus sentimientos cambiaron y solo deseaba hacerme daño. En la caída me mordió y cuando me levante ya no estaba. Por culpa de ella me vi obligado a apartarme de mis seres queridos sino quería hacerles daño. Mi esposa se suicido al poco tiempo, por lo que mi hija se quedó a mi cargo, pero nuca estábamos en la misma habitación por temor a hacerle daño.
Al final, mi hija creció y se fue lejos de mí, nuestra relación padre e hija se había roto y todo por no pasar más tiempo con ella. Fue entonces cuando descubrí que no envejecía, mi rostro era idéntico al de aquella noche, por miedo a ser rechazado por la gente huí al bosque, esperando el día en el que me pueda vengar.

- A ver si yo he entendido, tú quieres que me alíe contigo para acabar con Lucinda, sabiendo que ella es más experta que nosotros dos juntos y que podríamos morir en el intento.

- Am…, dicho así parece horrible, pero no lo es.

- Te ayudare. – dijo Arco.

- Gracias.

- La pregunta es, ¿Qué tienes planeado? Porque tendrás un plan ¿verdad?

- Si. Atacarla cuando menos se lo espere y quizá la logremos derrotar de una vez por todas.

- Es un poco cutre, pero bueno, si es tu plan que se le va a hacer. – dije, haciendo saber que yo estaba presente y que también quería ayudar.

- Maya, esto es muy peligroso, no creo que sea bueno que nos ayudes.

- Pero Arco, yo también quiero ayudar, dadme una oportunidad. Además yo os ayudaría desde casa, es decir, lo que yo haría sería modificar un poco el plan para garantizar la victoria. Vosotros seréis quien lo realice.

- Bueno, si es eso, no le veo pega alguna. – me apoyo Marcus.

- Este bien, es un dos contra uno así que es imposible que gane. En fin, Maya, ¿qué crees tú que debemos hacer?

- Bueno, lo primero sería espiarla, a ver en qué forma física está.

- Vale, y ¿Quién se encargara de eso?

- Pues tú. Por lo que he visto eres más rápido que Marcus así que se te dará mejor.

- En eso tiene razón la chiquilla.

- Vale, pero ahora debemos irnos a casa y descansar un poco, ¿de acuerdo?

- Vale. –dije.

De mi boca salió un bostezo enorme. El cielo ya se había oscurecido, y los animalillos nocturnos ya habían salido a por comida. Los conejitos habían vuelto a la madriguera a dormir hasta el día siguiente. Al no haber ya árboles, la luna alumbraba todo el bosque que con luz no parecía tan siniestro. Los rostros de Marcus y de Arco a la luz de la luna eran más pálidos que de costumbre, pero me di cuenta de que hasta a mi me afectaba la luna, esa preciosa luna llena que hacía aullar a los lobos del bosque y a los perros del pueblo, que aunque estaba muy lejos se escuchaba el ajetreo de un día largo de trabajo.
Arco y yo nos fuimos dejando atrás a Marcus que al segundo se había ido a algún escondrijo de los suyos.

El bosque nos decía adiós meciendo las hojas con el viento mientras nos dirigíamos a casa, a medio camino yo ya no podía dar ni un paso más. Arco muy gentilmente me cogió en brazos. Acurrucándome en su pecho, empecé a escuchar un sonido, una nana, pero no logre descubrir de donde venía porque me quede dormida en la segunda estrofa.

Me despertó uno de los rayos de la mañana, por la claridad se sabía que ese día no iba a llover, me encontraba en mi habitación, en mi cama. Marta debía de haberse ido hacía mucho, ya que su cama estaba fría. Arco se había quedado dormido al traerme y se había quedado en el sillón.

Mientras él dormía yo me preparé y eche un vistazo al calendario para ver cuándo sería el próximo examen.
Resulta que estábamos a vente de junio, un día antes de mi cumpleaños y dos del de Arco. Había estado tan ocupada que no me había dado cuenta y me quedaba poco tiempo para comprarle algo. Pero, ¿Qué se le puede comprar a un chico vampiro a punto de cumplir los dieciséis?

Ya se me ocurriría algo, porque lo difícil sería estar sola y tener tiempo para ir a la tienda del pueblo. Escribí una nota diciendo que volvería enseguida, que me había ido de tiendas para estar un poco sola, que empezaran ellos con el plan y me fui a la puerta.
Todo el mundo me observaba como me dirigía a la puerta principal ya que a estas horas ya estaba con Arco, éramos la pareja perfecta y todos nos tenían envidia. Pero la realidad era que no tenían nada de que envidiarnos, los problemas que tenemos no se los recomendaría a nadie.

Encontré a Marta y a Mateo hablando en la fuente, desde hacía ya un tiempo estaban juntos en los recreos, Arco cree que se gustan, pero yo no veo a Marta con él. El ideal de un chico para Marta es el típico musculitos, con ojos azules y pelo rubio, casi todo lo contrario a Mateo. Mateo es un chico con los cabellos marrones, sus ojos son color castaño claro, lo único en que se parece al ideal es que un musculitos, pero no demasiado, lo normal.

Ellos decidieron acompañarme para intentar encontrar algo, cualquier cosa. El autobús llego diez minutos de retraso y casi hasta los topes de gente. ¡Porque todo el mundo había escogido este día para ir a la tienda! A los quince minutos lleguemos al pueblo, el autobús se detuvo en la plaza central, enfrente del ayuntamiento y del museo.

Aunque era pequeño, tenía un gran surtido de tiendas de todo tipo. Allí por más que quieras no te puedes aburrir ya que hay de todo: un cine enorme, un polideportivo donde se celebran campeonatos de todo tipo, un teatro para la gente mayor, dos o tres parques, y un centro escolar.

Si no llega a ser por los animales de granja es como una ciudad.

Empezamos a caminar en dirección al supermercado que había al este. Todas las calles estaban repletas de gente, seguramente para dar un paseo o algo por el estilo. El supermercado era enorme. En la planta baja había como mínimo diez habitáculos en los que se podía encontrar desde congelados hasta librerías. En la primera planta se encontraban las tiendas de ropa, de deportes y tiendas electrónicas.

Nuestra primera parada fue una tienda de electrónica en la que encontramos varios objetos de interés, pero Mateo dijo que Arco no es de los chicos que les gusta la electrónica, por lo que nos fuimos al poco rato. Recorrimos casi todas las tiendas sin encontrar ningún regalo asequible para Arco.

Estábamos a punto de irnos sin nada, cuándo recordé lo que Arco me había contado. Resulta que mientras yo estaba en el bosque él estaba en la biblioteca, leyendo libros de vampiros, un tema que él ya controlaba de sobra pero que le encantaba leer, sobre todo los de una autora en particular. Creía recordar que le faltaba por leer el último de su colección porque no estaba en la biblioteca. Era mi oportunidad de comprar algo que si le gustara.

Me dirigí a la tienda y compre el libro, ahora el problema sería entrar en mi habitación y esconderlo sin que él se diera cuenta. Marta fue la que me dio la respuesta para ese problema. Ella iba a entrar con el regalo como si nada y lo iba a esconder en un lugar que me diría esa noche.

El camino de regreso fue más tranquilo más que nada porque el autobús no estaba tan lleno como antes. En cuanto nos bajemos del autobús le di el regalo a Marta y ella junto a Mateo entraron como si nada. Yo respire hondo, conté hasta diez y me decidí a entrar.

Como suponía Arco ya no estaba en mi habitación, seguramente me habría hecho caso y estaría en estos momentos espiando a Lucinda.

La tarde transcurrió aburrida, básicamente era la primera tarde del curso que no la pasaba con Arco, le echaba de menos. Me dije que la tarde se iría rápido y que estaría conmigo en muy poco tiempo. Lo único que se me ocurrió hacer era pensar en el siguiente paso del plan.

Mi mejor idea era acorralarla en un terreno que ella desconociera como el bosque, quién Marcus conocía de cabo a rabo. Como supuse la tarde paso muy rápido y Arco me enseño la grabación que había hecho con la cámara que había pedido prestada en audiovisuales.
En el video Lucinda no parecía en absoluto un vampiro, sino una chica normal y corriente. Lucinda no era como yo me imaginaba, una chica horrible como ella equivaldría a una chica retorcida, pero no como aparecía en el video.

En realidad Lucinda era una mujer con los cabellos color ceniza, con ojos verdes claro. A lo largo del video se la veía leyendo con un descanso para regar las plantas. De la casa no se puede decir mucho, ya que se veía un poco, pero por lo que si salía se podía decir que era humilde.

Al día siguiente arco me vino a despertar con el desayuno y un regalo enorme en las maños, él no se había olvidado de mi cumpleaños, y el detalle de venir con el desayuno fue muy bonito.

En el regalo había unos agujeritos pequeños, como si hubieran sido hechos para que alguien o algo pudiera respirar. Arco no me dejo abrirlo hasta que no me había terminado el desayuno.

Quité el lazo enorme que envolvía la caja y le quite la tapa, de ella asomo un precioso cachorro de San Bernardo, el perro tenía la cabeza y las patas blancas, el cuerpo y la cola eran de color negro y marrón.

- ¡Ohh! Qué bonito, ¿cómo sabías que era mi raza favorita?

- Bueno, eso agradéceselo a Marta.

-Gracias, muchas gracias por el regalo.

- De nada, cualquier cosa es poco para ti.
Acto seguido le bese durante tiernamente. El cachorro había salido de la caja y andaba por encima de mi cama, esa mañana la pasemos jugando con él en el lago y pensando nombres.

- Uhm, ¿qué te parece Arco?

- No es un buen nombre para un perro ¿no crees?

- Pero para un humano sí. Ja jaja

- Para un humano sí, pero para un perro…., uhm – cerré los ojos para concentrarme mejor y valió, porque a los pocos segundo ya sabía que nombre le iba a poner.- Ya lo sé, el perro se va a llamar Alan, en recuerdo de mi tío abuelo. ¿Qué te parece?

- Si, es buena idea, además el nombre le pega.

- Bien, pues solo queda ir a la tienda a por un collar que ponga su nombre.

-Vale, y ahora prepárate, que el día ya ha empezado y Marcus debe de estar esperándonos en el bosque.
Después de vestirme y de ponerle al cachorro comida y agua en un bol en el baño, Salí al pasillo a encontrarme con Arco. De camino una de las profesoras nuevas, llamada Camila nos detuvo.

- ¿A dónde vais si puede saberse? No estaréis maquinando nada ¿no?

- Nada de eso señorita,- se apresuro a decir Arco- solo vamos a estudiar, esta semana son los finales y no tenemos tiempo para maquinar nada, con permiso nos vamos.

La profesora se había quedado anonadada con la palabrería de Arco.

- Claro, ningún problema.

Después de esta interrupción nos dirigimos hacia la puerta exterior. De camino a la salida, veía a través de las ventanas la mirada atenta de la profesora. El camino hacia el bosque lo hicimos sin mediar palabra, pero cogidos de las manos. Al llegar junto a Marcus, Arco se fue a volver a espiarla y yo me quede con Marcus.

- Ya sé que vamos a hacer después de espiarla.

- ¿Qué idea tienes?

-Tú conoces de pe a pa este bosque, ¿no?

- Si, pero ¿A dónde quieres llegar?

- Pues a que si la atraemos hacia aquí estará indefensa, ya que ella no conoce el bosque como tú. Le podemos poner trampas y seguro que cae en ellas.

- Podría ser, pero ¿qué tipo de trampas?

- Eso es lo que tenemos que pensar ahora.

La tarde se paso muy lentamente, Arco llego más o menos a la misma hora que ayer y traía consigo la cámara. En la grabación Lucinda salía viendo la tele o leyendo un libro, una cosa muy normal para un humano, no se parecía en nada a un vampiro.

Le contemos a Arco las ideas que se nos habían ocurrido a lo largo de la tarde, una de ellas era atraerla hacia el bosque y atacarla sin ninguna trampa, no esperar a que ella se pudiera defender o que pudiera atacarles. A Arco le parecían bien siempre y cuando yo no estuviera cerca, ya que la forma de eliminar a un vampiro, aparte de peligrosa, es horrible. Arco no quería que me traumatizara o que me pasara cualquier cosa mientras la engañaban hacia la trampa.

Esa noche también nos acostemos tarde, debido a que nos entretuvimos mucho por el camino, sobre todo preparándolo todo para el gran día, el día de la venganza. Marcus no había estado tan contento en los días previos a este, ni cuando se entero de que yo era un familiar suyo.

Lo primero que vi al despertar fueron los ojos de Arco, esos ojos verdes que tanto me gustan, esos ojos que me poseen como si fuera una muñeca y ellos mis dueños, como si pudieran hacer cualquier cosa conmigo. Yo me esperaba los buenos días como todos los días, pero lo que escuche me sorprendió mucho.

- Maya, arriba, ¿Dónde has escondido mi regalo? Lo he estado buscando y no lo he encontrado, venga, dímelo.

- Solo te lo diré cuando me haya preparado y entonces ya veremos.

- Jo, yo te lo día nada más despertar, es injusto. – me dijo con ojos tristes.

- ¡Serás mentiroso!, te recuerdo que no me lo ibas a dar sino me acababa el desayuno.

- Bueno, pero tú lo viste mientras desayunabas, yo en cambio no lo he visto todavía. – me dijo poniendo pucheros.

- Bueno, vale.

- Si. Y ¿Qué es?, ¿Qué es? Venga dímelo. –Decía mientras se subía encima de mí.

- Hombre, si no me dejas respirar, dudo mucho que te lo pueda dar. – Se quitó de encima despacio, no sin antes darme un beso.- Gracias por dejarme respirar.
Me dirigí a mi cajón de la ropa. Del primer cajón saque una caja cuadrada, el regalo estaba envuelto en papel negro, con un lazo de color rojo.

- Toma. Espero que te guste.

Abrió el regalo emocionado. Se quedo de piedra en cuanto vio el libro.

- Guau, como sabías que me faltaba este.

- Me lo dijiste tu hace poco, y además no lo tienen en la biblioteca, por lo que pensé que te iba a gustar. Y no me equivocaba ¿verdad?

- No, me encanta el regalo. Te quiero mucho.

- Yo también te quiero.

Nos besemos lentamente, pero esta vez fue algo más que eso. Notaba sus labios con mayor pasión, sus manos me atraían hacia él cada vez más. Se dejo caer hacia atrás y giro sobre el mismo para quedarse encima de mí. Me beso el cuello, seguido me volvió a besar. Notaba sus manos subiéndome el jersey del pijama. Me volvió a besar el cuello y esta vez giro sobre sí mismo. Esta vez era yo la que estaba encima suya. Hice lo mismo que él me había hecho, le bese en los labios, en el cuello, seguido le quite el jersey. Arco me quito el pantalón y se puso de nuevo encima. Nos seguimos besando lentamente mientras yo le quitaba el pantalón.

Lo que ocurrió después ya os lo estaréis imaginando. Marta entró de pronto en la habitación fastidiándonos el momento.

- Lo…, lo siento, yo no miro, seguid a lo vuestro vale chicos – dijo tapándose los ojos con las manos- y perdonad la interrupción.- mientras salía se llevaba todo lo que podía por delante.

En cuanto se fue nos empezamos a reír a carcajadas, yo la primera. El numerito que había hecho Marta era de grabarse en video y venderlo. La interrupción nos había fastidiado el momento por lo que nos empezamos a vestir.

Nos encaminemos al bosque, era el día, tanto Arco como yo estábamos nerviosos, no solo por el día, sino también por lo que paso en mi habitación. Aún nos seguíamos riendo cuando lleguemos con Marcus.

- ¿Qué os hace tanta gracia? No creo que hoy sea un día para reírse, ¿no creéis?

- Si, perdona Marcus. –dijo Arco, aguantándose la risa. - Bueno, todos sabéis el plan ¿verdad?

- Si. – contestemos a coro Marcus y yo.

-Pues manos a la obra.

El plan consistía en atraerla hacia el bosque con cualquier excusa, cuando estuviera en lo más profundo del bosque Marcus haría su presencia delante de ella, para entretenerla mientras Arco aparecía detrás y quien la agarraría para que Marcus le asestara el último golpe.

De uno de los árboles se escuchó una risa perversa. Arco vio venir quién era y lo que iba a pasar a continuación, por lo que me dijo:

- Maya, corre al orfanato y no mires atrás.

- ¿Por qué?

- Porque Lucinda ya ha llegado. – dijo seriamente Marcus.

- ¡Qué!, pero si no la hemos ido a buscar, como nos ha encontrado.

- Notaría mi aroma cuando la estaba espiando y lo seguiría hacia aquí. – Arco se fue poniendo cada vez más nervios- ¡Tienes que irte ya! ¡Vete!

- No hay tiempo.- dijo Marcus – prepárate Arco, tendremos que protegerla a la vez que nos enfrentamos a ella.

Estaba demasiado lejos de ellos por lo que empecé a correr en su dirección, cuando una sombra me paró el paso y me llevo consigo a la rama de uno de los árboles. Me sujetaba con la mano izquierda el cuello.

- Vaya, vaya, Marcus.- dijo Lucinda.- ¿creí que habías muerto en la playa?

- No bebiste demasiada sangre, pero si para convertirme y hacerme más fuerte. El plan no te salió bien.

- ¿Mmmm?, ¿y este olor tan dulce? – Lucinda empezó a olisquearme de arriba a abajo- ¡es el aroma de una humana!

Lucinda me miró muy intrigada:

- Si que eres valiente. Estar entre vampiros y no estar asustada.

- Es muy amable por tu parte decirme eso. –dije como pude al no poder respirar.

- Pero no entiendo porque estas con ellos.

-¡Lucinda, suéltala ya!- dijo Marcus desde
el suelo.

- Debes de significar mucho para él ya que te está protegiendo.

Arco que había trepado por la parte del árbol que no era visible para nosotras, se subió a nuestra rama y gritó:

- ¡Suéltala!- lanzándose sobre ella.

Lucinda me soltó para agarrarle por el cuello, Arco se estaba asfixiando, se le notaba en la cara. De repente de entre los árboles un cuchillo que le raspó la mano haciendo que soltara a Arco. Este se calló del árbol abajo desmayado por el golpe.

Lucinda aún dolorida se apoyó contra el árbol, no debía doler mucho, pero a ella parecía que sí. Temía moverme por si me caía, pero seguramente que en cuanto se recompusiera vendría a por mí. Pero, ¿Cómo iba a bajar de allí? Si me acercaba al árbol Lucinda me atraparía y saltar no podía si quería seguir con vida.
Al poco tiempo Lucinda empezó a acercarse.

- ¡Maya, rápido!, yo te cojo, confía en mí, ¡lánzate!
No me pare a pensar en las consecuencias, me tire y Marcus me cogió con mucho cariño. Arco seguía inconsciente en el suelo. Sabía que era un vampiro, que no le iba a pasar nada, que con ese golpe no se moriría, pero no pude evitar preocuparme y asustarme.

En cuanto Marcus me dejo en el suelo corrí hacia Arco, pero a medio camino Lucinda me volvió a atrapar. La herida ya no le sangraba y estaba casi curada.

Mi mente empezó a pensar en dos direcciones, una era el suceso del cuchillo,¿ de dónde vendría?, y la otra era como salir de esa. Siempre había salido de estos apuros sana y salva, pero no pude evitar recordar que era Arco el que me salvaba, que sin él todo estaba perdido.

- ¿Sabes a que me recuerda esto?- dijo sacando los dientes.

- No te atrevas a tocarle ni un solo pelo.

- Se parece a la noche en la que te quedaste con una sola hija ¿verdad?- Parecía asombrada cuándo continuo hablando.- Ahora que me fijo, se parece bastante a ella-Marcus no pudo evitar su cara de preocupación y miedo por mi- así que era eso ¿eh?, esta niña es una pariente tuya, por eso está contigo. Pero ella es humana ¿verdad? -Marcus estaba cada vez más asustado- ¡Pues ya que no pude acabar con tu hija aquel día, acabare con esta chica en su lugar!

Estaba a escasos centímetros de mi cuello cuando Arco la agarró de tal forma por la espalda que la obligo a soltarme. Entonces eche a correr hacia Marcus, que dijo:

- ¡Arco sujétala, que no se escape, esta es nuestra oportunidad!

- No permitiré que sigas viva después de haber intentado matar a Maya.

- ¡Arco no te arriesgues, déjamela a mí!

- De acuerdo, acaba tú con ella, prepárate. Ahí va.
Arco lanza a Lucinda en dirección a Marcus, este sacó los dientes esperando a su contrincante, pero ella fue más rápida y le cortó el cuello a Marcus. Este se tambaleó, pero no se detuvo, estaba muy cerca de ella, por lo que cumplió su venganza, acabó con ella de un mordisco en la yugular. Lucinda calló en redondo ante los pies de Marcus, que segundos después también se derrumbó ante los ojos de Arco y los míos muerto.

-¡Ahhhhh! ¡Marcus, nooooo!- grité corriendo hacia ellos. Arco también se acercó a mi corriendo para detenerme, impidiéndome ver la escena.

Me abrazó muy fuerte, tanto que no podía escapar si me lo propusiera, mis lágrimas no me dejaron hablar durante un rato, solo conseguía articular balbuceos. Me llevó al orfanato, en donde llamó a la policía diciendo que la verdadera asesina era una mujer, que el hombre era un empleado al que después de haber cumplido el trabajo asesino no sin antes ser atacada por él, causándole la muerte.

Después de eso las cosas volvieron a ser como antes, bueno, casi todas, ya que tenía que guardar un secreto del que dependía mi vida. Al final no encontramos el cuchillo ni a quién lo lanzó. ¿Lo averiguaremos?¿ si, no?

Eso será algo que no sabremos por el momento.

Feliz navidad

En estos días de paz y tranquilidad os deseo feliz navidad a todos los que me seguis y leeis este blog, este año ha sido duro para algunos y espero que el próximo sea mejor.

Sin más que decir os deseo feliz navidad y feliz año nuevo. Y por supuesto no faltaba más que subir un nuevo capi.